lunes, 25 de junio de 2012

Los reservorios para proyecto Conga estarán listos a mas tardar en dos años

El vicepresidente de Newmont para América Latina, Carlos Santa Cruz, afirmó que en un plazo de 18 a 24 meses, la empresa terminará de construir dos reservorios de agua para el proyecto Conga.





Indicó que la empresa ha hecho “un gran esfuerzo” para incorporar las recomendaciones que han dado el peritaje internacional al Estudio de Impacto Ambiental de Minas Conga y el presidente Ollanta Humala. “No ha sido sencillo —porque es un proyecto grande— poder estar seguro de que vamos a cumplir”, indicó en entrevista con “Cuarto Poder”.

Santa Cruz indicó que la empresa tiene “una tarea pendiente”, porque no ha podido satisfacer las expectativas de todos los pobladores afectados por la explotación minera. “Tenemos la mejor disposición para, sin dejar de mirar hacia adelante, corregir lo que tenemos que corregir”, indicó.

El presidente Ollanta Humala le dio este sábado luz verde del proyecto Conga, luego de que la empresa Newmont-Yanacocha aceptara implementar las recomendaciones del peritaje y del Gobierno.





Tomado de El Comercio. Editorial 25/jun/2012

domingo, 17 de junio de 2012

El Riesgo de Atentar contra la Minería


Por: Andrés Sanchez Alayo
Un reciente informe del diario “Gestión” (que recoge data elaborada por el Instituto del Perú) demuestra cómo los crecientes conflictos en torno de la actividad minera ponen en riesgo 20 megaproyectos del sector,que comprenden desde ampliaciones hasta minas que están ya en plena construcción. El informe calcula que la suma de inversiones que estarían en peligro de desaparecer supera los US$24 mil millones.
Esta es una manera sin duda válida, pero a nuestro entender incompleta, de calcular lo que significan los proyectos mineros para la economía del país. Y no nos referimos acá a su apabullante aporte fiscal (un tercio del ingreso total por Impuesto a la Renta que recibe el Estado), que las instancias regionales y locales, con algunas –muy pocas– excepciones, son incapaces de invertir inteligentemente. Nos referimos a la multitud de empresas de sectores diferentes al minero que, sin embargo, subsisten gracias a este: transportistas, metalmecánicas, portuarias, aduaneras, constructoras, alimenticias, hoteleras, automotrices, de mantenimiento,de ingenieros, etc. Cada una de ellas, junto con los empleos que genera y los tributos que paga,corre la misma suerte que las mineras que la mantienen –y que en innumerables casos justificaron su misma creación. Medir, pues, el peso de la pérdida para la economía y el bienestar nacional de la frustración de uno o más proyectos mineros sin tomar en cuenta el peso de todas las actividades no mineras que dichos proyectos alimentan equivale a calcular lo que se pierde si se cae al río una locomotora ignorando por entero el valor en los vagones que arrastra detrás.
En otras palabras, al menos para estos efectos, la economía es como la ecología: acabada una especie, acabadas todas las que se alimentan de ella. Y en el Perú lo que se alimenta de la minería es muchísimo más de lo que sus voluntaristas enemigos (y muchas otras personas y autoridades simplemente desinformadas) están dispuestos a reconocer –o, siquiera, a conocer.
La ignorancia que intenta matar a la
"Gallina de los Huevos de Oro"
Un ejemplo concreto. Hasta los noventa el país casi no tenía una industria metalmecánica. Con el desarrollo de la minería, sin embargo, se ha ido desarrollando una que, solo el año pasado, exportó US$700 millones en equipos. Demás está decir que todos los ingresos y puestos de trabajo que genera esta industria los genera la minería. Ese es el tipo de dato que debería de tomar en cuenta, por ejemplo, el Presidente Humala antes de repetir en Alemania que la minería crea “poco empleo” y desenganchar así, tan alegremente, la locomotora de los vagones.
Pero veámoslo más panorámicamente. Un estudio realizado para la Red Latinoamericana de Política Comercial, por ejemplo, calcula que durante el 2008 únicamente la minería de oro y cobre adquirió bienes y servicios en el territorio nacional por un monto aproximado a los US$7 mil millones (lo que representaba un aumento del 15% respecto del año anterior). Si bien es cierto dicho monto fue captado principalmente por Lima, la participación local y regional en el mismo había aumentado en 41% y 11%, respectivamente, en comparación con el 2007, alcanzando los S/.1.402 millones, para el caso local, y S/.2.504 millones, para el regional.
Y la cadena no termina ahí. Todos los ingresos que perciben de la minería cada uno de estos proveedores suyos son luego utilizados, entre otras cosas,para volver a adquirir nuevos insumos, repartir utilidades y pagar sueldos. Estos dos últimos, por su parte, cuando no son reinvertidos directamente, son a su vez consumidos en más bienes y servicios, o ahorrados en bancos para luego convertirse en futuros préstamos de nuevos emprendimientos (mineros o no).
Así se explica que un estudio de Macroconsult mostrase, a manera de ejercicio, que una extinción de la minería en el país se traduciría en una contracción del PBI per cápita de 28,1%, una pérdida de recursos fiscales de casi 40% y un aumento de la pobreza hasta casi 50% de la población.
En momentos en que tenemos que tomar tantas decisiones importantes con respecto a la minería es esencial que los peruanos tengamos una idea completa de lo que nos jugamos en ella. Esto, para que no nos ocurra que confundamos la punta con el iceberg y pensemos que el barco del desarrollo puede pasarle exitosamente por encima, cuando hay varias toneladas de hielo esperándolo debajo de la superficie.
Andrés Sanchez Alayo
Tomado de El Comercio. Editorial 14/jun/2012